Les doy las gracias por su saludo diario y por todo lo que me enseñaron durante el curso: paciencia, tolerancia, empatía, alegría, ....
Ahora siguen su camino, pero ellos ya saben que pueden llegar a donde se propongan. Estoy segura.
Desde aquí les mando un abrazo fuerte, fuerte, y muchos besitos suaves, suavitos.
Adiós pingüinos, adiós.