Para tener aprendizajes significativos es muy importante que el clima del aula sea el adecuado: que haya una relación empática entre el profesor y los niños, que se valoren las soluciones creativas, que se permitan las críticas, y sobre todo, que el ambiente sea relajado, sin carreras de velocidad ni concursos de perfección, sino respetando las capacidades y el ritmo de cada niño.
Nosotros utilizamos el tiempo de la siesta, de 1:30 a 2:30, para relajarnos y reponer fuerzas para el resto del día. No es necesario dormir mucho, solo saber desconectar de lo que nos rodea y permitir que nuestra mente flote mientras respiramos profundamente.
Muchas madres dicen: "mi hijo no duerme nunca siesta", y cuando ven las fotos no se lo pueden creer.
A relajarse también se aprende: con música suave, semioscuridad, una caricia, un poquito de incienso ....Vamos calmando los sentidos y todo nuestro cuerpo entra en un estado de duermevela que permite a nuestra mente liberarse y volar.
Y cuando se levantan sus caras están relajadas, no hay ansiedad ni prisas.
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